11/15/2012

El Mural de los Payasos.


El Mural de los Payasos.

-No creo que esto sea una buena idea, Marcos- Fue lo primero que le dije en cuanto vi que estaba a punto de rociar la pintura en aquel extraño mural.

Era más de la medianoche, como siempre, desde que empezamos a salir de nuestras casas a aquellas horas tan frecuentes solo para dedicarnos a graffitear. Aquella costumbre me absorbió durante mis primeros años de instituto, me cuesta explicar la razón de esto, quizás era la adrenalina que sentía al escaparme de casa junto con el miedo de ser descubierto, tal vez fue un simple amor natural al arte callejero o era el ego impulsado que recorría mi ser cada vez que veía un muro con una de mis obras, nunca fui capaz de contener aquella risita nerviosa que me invadía cada vez que esto pasaba.

Por mas infantil e inmaduro que resultara este pasatiempo no me importo en lo mas minino, ni a mí ni a Marcos nos importaba realmente lo que pudiera ocurrirnos. Para nosotros era un pequeño pedazo de libertad dentro de nuestras insignificantes vidas adolescentes que podíamos conseguir fácilmente, era una vía de escape perfecta contra padres y maestros, casi siempre infalible. Nos habíamos vuelto tan buenos en el hábito que terminamos quedándonos sin zonas blancas para arruinar.