2/24/2013

Reseña: Sigue tu destino.



Sigue tu destino es un webcomic creado por Rocío Contreras (mejor conocida como Minaya en internet) que comenzó a publicarse en el 2009 en una página de alojamiento gratuito para este tipo de proyectos conocida como Subcultura, donde sigue actualizando constantemente hasta la fecha y recientemente cumplió su cuarto aniversario durante el mes de febrero.

La historia nació como una novela inconclusa que en palabras de la misma autora comenzó como un proyecto “donde buscaba respuestas a mis dudas sobre el destino” y más tarde la idea sería retomada para ser adaptada en formato de comic.

Ganando un número considerable de fieles seguidores y un bien merecido grado de respeto dentro del círculo Webcomicquero, todo gracias a su constancia, esfuerzo y suma dedicación.

2/06/2013

Excursión al zoologico


Excursión al zoológico.
Mario era el niño más valiente que había conocido en toda la escuela primaria. Constantemente, los otros niños le retaban a hacer toda clase de travesuras estúpidas y peligrosas que con mucho gusto el aceptaba casi siempre a cambio de nada. Le gustaba regodearse de sus victorias y  la atención que recibía después de ellas.
Todos eran capaces de recordar la vez que atravesó la avenida en su patineta, segundos antes que el semáforo cambiara a verde en plena hora pico; o la vez que entró corriendo a la iglesia sin pantalones en plena misa. Pero sin duda, la más memorable de todas sus jugarretas fue cuando agarró un candado del taller de su padre y lo puso en la puerta del colegio antes de que este abriera. No vimos clases durante dos días seguidos.
Por supuesto, la mayoría de las veces era descubierto por su padre y tenía que pagar las consecuencias de sus actos, pero esto nunca le importó mucho a Mario, siempre y cuando los otros niños le glorificaran su estupidez o le dejaran de vez en cuando algunos caramelos o monedas sobrantes de la merienda.
Pero a pesar de que era fácil para todos recordar estos hechos, nunca causaron un impacto trascendental en la forma en que vivíamos a esa edad. Cada gloria de Mario representaba solo un pequeño momento efímero como la de cualquier otra diversión infantil. Por alguna razón, Mario no podía entender por qué su gloria siempre solía desvanecerse con tanta facilidad. Quizás se esforzaba demasiado y todos nos dábamos cuenta de eso, pero ninguno se sintió en la obligación de decirle que tenía que detenerse en algún momento.
Lamentablemente, ninguno de nosotros cayó en cuenta de lo importante que era para Mario decirle que sus acciones debían tener un límite antes de que fuera la seguridad de su propia vida la que peligrara, y no su trasero después de una de las tundas de su padre.
Pero como dice el dicho “a lo hecho, pecho”, ya que la intención de este escrito no es la de lamentarme, si no, la de mantener intacta en mi memoria de la forma más fiel posible el acontecimiento que ocurrió el 15 Julio de 19**, con la esperanza de que esto sirva de lección o recordatorio a mis hijos o los hijos de estos.